Las tuberías TCP (Thermoplastic Composite Pipe) suelen estar reforzadas con fibra de vidrio, cuya capa de refuerzo requiere múltiples capas de fibra —a veces más de 20 o 30—. La fibra de vidrio presenta una elongación a la rotura extremadamente baja (solo del 1,5 al 2%). Si se aplica compresión externa (por ejemplo, mediante la deformación significativa de una funda metálica exterior), la presión puede actuar directamente sobre la cubierta exterior y transmitirse a la capa de refuerzo. Esto puede provocar fácilmente la rotura de las fibras o la delaminación entre capas, lo que compromete el rendimiento mecánico de la tubería.

Por ello, para minimizar la deformación de la capa exterior, se desvía parte de la deformación hacia la capa interior de la tubería TCP. En concreto, la funda interior de acero debe someterse a un cierto grado de expansión, permitiendo que los dientes de la funda se incrusten en el revestimiento plástico interior. Este mecanismo de incrustación proporciona la resistencia necesaria a los accesorios terminales.