Las tuberías termoplásticas reforzadas (RTP) que utilizan refuerzos de fibra de vidrio o de poliéster están principalmente limitadas a aplicaciones de pequeño diámetro. Esta limitación se debe a que una tubería RTP de gran diámetro y alta presión requeriría el uso de múltiples capas de cinta de fibra impregnada —normalmente entre 30 y 50 capas—.
El alto número de capas de refuerzo genera dos desafíos críticos: por un lado, dificulta la integridad de la unión entre capas, y por otro, prolonga significativamente el ciclo de fabricación de la tubería (ya que no es posible aplicar tantas capas en una sola pasada de producción). Además, el gran volumen de refuerzo reduce la flexibilidad de la tubería, lo que compromete una de las principales ventajas del RTP tradicional.
Sin embargo, en algunos escenarios críticos donde se necesitan tuberías compuestas plásticas de gran diámetro para sustituir las tuberías de acero convencionales —a menudo con el fin de mitigar las desventajas inherentes del acero (susceptibilidad a la corrosión, peso elevado y altos costes de instalación y mantenimiento)—, las fibras sintéticas de alta resistencia (como la aramida o la fibra de carbono) no han logrado una adopción generalizada. Sus costos de material y procesamiento extremadamente altos las hacen económicamente inviables para la mayoría de los operadores de petróleo y gas, que son los principales usuarios finales de las tuberías terrestres de gran diámetro.


Para abordar esta brecha crítica entre rendimiento y costo, Goldstone ha desarrollado una alternativa rentable y de alto desempeño: la tecnología de tuberías RTP reforzadas con cordón de acero.
Esta innovación combina la alta capacidad de resistencia a la presión del acero con la resistencia a la corrosión, flexibilidad y ligereza de los termoplásticos.
El cordón de acero de alta resistencia se fabrica trenzando múltiples hilos finos de acero, lo que proporciona una excelente flexibilidad y una alta resistencia por filamento individual. Su resistencia a la tracción unitaria supera los 3000 MPa, muy por encima de los 800 MPa de la cinta de fibra de vidrio impregnada.
Por ejemplo, un cordón de acero de 1,0 mm de diámetro ofrece una resistencia a la tracción de aproximadamente 1900–2000 N, equivalente a la de una fibra de aramida de 900 tex. En comparación, una fibra de vidrio o de poliéster de 1600 tex (≈1,1 mm) solo alcanza una resistencia de 800–900 N.
Por lo tanto, el cordón de acero se presenta como un material de refuerzo rentable para reemplazar las fibras sintéticas costosas en las tuberías compuestas de gran diámetro.


Para maximizar el rendimiento del refuerzo con cordón de acero, la tubería RTP reforzada con cordón de acero adopta una estructura compuesta coextruida de tres capas, en la que cada capa está optimizada para lograr una sinergia funcional:

Gracias a su equilibrio entre costo y rendimiento, la tubería RTP reforzada con cordón de acero es ideal para los siguientes escenarios de alta exigencia::
| Aspecto | RTP reforzado con cordón de acero | Tubería de acero tradicional | RTP reforzado con fibra de aramida |
|---|---|---|---|
| Costo del material | 100% (Referencia) | 120% | 250% |
| Costo de instalación | 100% | 250% (requiere equipo pesado) | 120% |
| Costo anual de mantenimiento | 100% | 500% (reparación por corrosión, renovación del recubrimiento) | 150% (inspección por delaminación de fibra) |
| Costo total del ciclo de vida (20 años) | 100% | 320% | 210% |
| Vida útil | >50 años | 20–30 años (con recubrimiento) | >50 años |
Para ampliar su campo de aplicación, Goldstone está impulsando tres líneas clave de I+D en la tecnología de tuberías RTP reforzadas con cordón de acero:
En resumen, la tecnología de tuberías RTP reforzadas con cordón de acero resuelve el antiguo compromiso entre rendimiento, costo y escalabilidad en las tuberías compuestas de gran diámetro.
Ofrece una alternativa viable y económica frente a las tuberías de acero tradicionales y las costosas soluciones reforzadas con fibras sintéticas, con un amplio potencial para transformar los mercados de oleoductos y gasoductos terrestres, minería e infraestructura municipal.